sábado, 16 de junio de 2007

El binomio imprescindible.

Cuentan que Diego Fermín (Zaragoza, 1975) vendió su primera historieta a un compañero de clase cuando tenía diez años. Más tarde creó el fanzine Piorrea, donde publicó sus primeras tiras cómicas.

Con veintidós años funda la editorial independiente Tabasco Carrasco, donde edita su primera recopilación de historietas: Hoy comemos con Isabel.

Diego Fermín es diplomado en comunicación visual. A partir de 2004 se dedica a la ilustración, preparando junto a Andrea Alonso un proyecto quijotesco titulado Pancho y la ínsula Barataria.

En su breve biografía se dice que tras una década de meditación ha encontrado su camino. Le gustan los juguetes extraños, los caniches y las narices postizas.

Este año, con motivo del Día del Libro, y con la intención de ser regalado en los puestos que los libreros sacaron a la calle, el Gobierno de Aragón editó La Sequía. Abecedario ilustrado, un proyecto de Diego Fermín, que buscó a Carlos Grassa Toro para conseguir la otra parte del binomio imprescindible para crear esta obra.

Se trata de una sucesión de cuentos. Pero un cuento por cada letra del abecedario parecían demasiados cuentos, de modo que Grassa Toro propuso el juego que ya en los años 50 planteó el maestro y pedagogo Gianni Rodari, consistente en emparejar la primera letra del abecedario con la última, la segunda con la penúltima, la c con la x.... El llamado "binomio fantástico".

Grassa Toro dice que en La sequía hay narraciones que nos recuerdan esos cuentos que se han escuchado toda la vida en Aragón, como el de Isidro, que en lugar de botijos veía lámparas maravillosas y por ello debía aguantar las burlas de todo el pueblo. Y aparece también la muerte físicamente, y es de nuevo una niña quien le vence.

¿Cómo? "De la única manera que se puede vencer a la muerte: cada día, siguiendo con nuestra vida".


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