sábado, 30 de junio de 2007

Las cosas no siempre fueron como son...

...y en su día fueron muchas las personas que pusieron el grito en el cielo, y auguraron el fin de la familia, de la cultura, de los valores morales, de la civilización.

El primer país en introducir el sufragio universal fue Nueva Zelanda, en 1893.

Muchos países negaron en el pasado el derecho al voto por cuestión de raza. En Sudáfrica, por ejemplo, los ciudadanos de raza negra no tuvieron derecho al voto hasta 1994.

En España el sufragio universal no llega hasta 1931. En Italia, hasta 1945. En Portugal, hasta 1976. Y en Liechtenstein (que, aunque chiquito, está en el corazón de Europa), hasta 1984.

En la actualidad, algunos países no reconocen el sufragio a las mujeres o sí, aunque de una manera diferente que a los hombres.

La siguiente lista no incluye los países que no permiten el sufragio ni a hombres ni a mujeres:
  • Bhután: Un voto por familia en elecciones a nivel local.

  • Líbano: Las mujeres requieren una prueba educativa, los hombres no. Voto obligatorio para hombres, opcional para mujeres.

  • Omán: Limitado a 175.000 personas elegidas por el gobierno, la mayoría hombres.
    Arabia Saudí.

  • Kuwait. En 2005 se votó para introducir el sufragio femenino en mujeres mayores de 21 años (y no tendrá efecto hasta las elecciones nacionales de 2007).
¿Y a qué viene todo esto? Pues a que el mundo gira y la vida progresa. Que la forma de entender los derechos no son iguales en todos los sitios. Que las cosas no siempre fueron como son.

Afortunadamente.


viernes, 22 de junio de 2007

Gamón Carranza: la realidad, la fantasía.

Cuando miro las ilustraciones de un libro infantil o juvenil me pregunto en qué momento de su vida el dibujante supo que su futuro estaba entre los pinceles o los lápices de colores. Tengo la curiosidad por saber si desde el primer momento quiso ilustrar cuentos o sentía el afán por plasmarlo todo sobre un papel: todo lo que le rodeaba, la fantasía y la realidad. Esa realidad a veces no tan amable.

Alberto Gamón Carranza (Alcañiz, Teruel - 1974) es ilustrador en prensa, revistas, diseño gráfico y cuentos infantiles. Con tan sólo 16 años ganó el concurso de mascotas para la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno Jaca 98. Ha participado en campañas para diversas entidades aragonesas, como la edición de postales para el Centro de Historia de Zaragoza o los carteles de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Zaragoza en 2005 y 2006. Desde 1995 colabora como ilustrador de artículos de opinión para El Periódico de Aragón. Hace unos años se introdujo también en el campo de la ilustración infantil, poniendo imágenes al libro de Daniel Nesquens "Operación J" (Diálogo, 2003).

Refiriéndose a sus facetas de ilustrador de artículos de opinión, carteles o ilustraciones infantiles, Gamón Carranza apunta que "la principal diferencia entre cada trabajo es el público al que lo diriges, pues no es lo mismo el lector de un diario que los niños, a los que está destinado el cuento y para los que la ilustración debe ser muy visual e inocente".

La virtud o el defecto de mi estilo es que tiendo a dulcificar, a hacer dibujos amables, por eso encaja en el cuento y también permite tratar temas comprometidos, como los malos tratos en un artículo de opinión, sin que quede demasiado duro.

Gamón Carranza cree en la ilustración de autor, no en las modas. Concibe los paisajes y los personajes con trazos de cubos, triángulos y círculos en una simplificación geométrica cuyo resultado "es como jugar, como hacer puzzles y buscar que encajen las piezas", según sus palabras.

lunes, 18 de junio de 2007

En los límites de lo real y lo imaginario.

Me resulta envidiable la capacidad de algunos artistas para plasmar sobre el papel, con palabras o con imágenes, mundos fantásticos. Quizás uno de los más sorprendentes sea el que escribe Miguel Murugarren e ilustra Javier Sáez Castán: el Animalario Universal del Profesor Revillod (Fabuloso Almanaque de la Fauna Mundial) (México, Fondo de Cultura Económica, 2003), una especie de pequeña libreta de 18 x 14 cm., de tapa dura con anillas, que tiene en su interior 21 páginas, 16 de ellas con dos cortes longitudinales que las hacen movibles.
En la revista Babar, Javier Flor Rebanal lo define como "Una travesura visual para disfrutar con humor". Miguel Murugarren utiliza la conocida estrategia borgiana de proponer notas ficticias como si fueran verdaderas. Todo el libro (texto, ilustraciones, formato, encuadernación...) está destinado a desorientarnos respecto a los límites entre el mundo real y la ficción.

Dice Marcela Carranza en la revista argentina sobre literatura infantil y juvenil Imaginaria que el Animalario juega con sus lectores, y no sólo porque invita a la combinación de dieciséis ilustraciones de animales conocidos (como el elefante, la gallina, o el armadillo) y sus descripciones correspondientes mediante dos cortes en las páginas para tener en su mano nada menos que 4096 fieras diferentes con la descripción de sus modos de vida. Si seres fantásticos pueden ser creados mediante la combinación de animales reales, entonces ¿por qué no confundir los límites de lo real y lo imaginario?

Todo en el Animalario nos miente. La portada nos dice que este libro ha sido "profusamente laureado", y en los créditos, donde menos buscaríamos la ficción luego del tiraje podemos leer: "En los casos en los que ha sido necesario el embalaje, el almacenamiento o la intervención taxidérmica de los animales, el Instituto Revillod ha contado con la colaboración de la Compañía Denetik del puerto de Pasajes".

Ciencia rigurosa, sabios consagrados, premios, viajes de descubrimiento científico son materia para la parodia, la risa y el juego. Burlarse de la seriedad de aquello que alguna vez fue "sagrado" para Occidente: desacralización de la Ciencia (así con mayúscula), como "antorcha y guía de la Humanidad" y también un divertido homenaje a un viejo modo de representarnos el mundo.

No es necesario ser un niño para disfrutar de esta obra uniendo combinaciones de tres partes de animales en la búsqueda de bestias que satisfagan nuestra curiosidad. Pero, probablemente, hacerlo junto a la mirada sorprendida de un niño puede depararnos uno de los momentos más felices del día. Y adiós al stress.

domingo, 17 de junio de 2007

Javier Sáez Castán: el aire evocador.

Los adultos no deberíamos haber abandonado nunca la capacidad que tuvimos de caminar por la fantasía. Y, desde luego, no deberíamos limitar ese camino a nuestros hijos.

Hay artistas que pueden ayudarnos al reencuentro con nuestras viejas ilusiones, con el lejano mundo de la inocencia. O adentrarnos en nuevas fantasmagorías que darán una luz distinta a nuestra anodina vida presente.

Javier Sáez Castán puede ser uno de esos artistas. Nacido en Huesca en 1964, con pocos años se fue con su familia a un pueblo de Alicante, donde desde muy pequeño dibujaba y escribía cuentos.

Durante varios años trabajó como ilustrador y también daba clases, hasta que se planteó la posibilidad de dedicarse profesionalmente a su antigua afición por las historias ilustradas. Desde entonces ha trabajado en varios libros. Como ilustrador, en Cuentos de Hoffmann, El valiente soldadito de plomo, La pequeña cerillera y otros cuentos, Cuentos para niños de Isaac Bashevis Singer...

Como autor e ilustrador ha publicado Picospelosplumas y el hombre pájaro, Pom... Pom... ¡Pompibol!, Los tres erizos... Este último fue seleccionado White Ravens en 2004. El Animalario Universal del profesor Revillod fue galardonado en 2004 con el Premio al Mejor Libro Ilustrado por la Feria Internacional del libro Infantil y Juvenil de México y Mejor Libro del Año por el Banco del libro de Venezuela en 2005.

También en 2005 recibió el encargo de ilustrar la gráfica del Primer Salón del Libro Ilustrado Ciudad de Alicante. Así nació el tótem de los cuentos clásicos.

En El valiente soldadito de plomo (Anaya, 2004), las ilustraciones parecen buscar un efecto cinematográfico, con picados y contrapicados que acercan a los niños a contemplar visiones nuevas de las escenas.

Las imágenes recuerdan la corriente ingenuista de la pintura norteamericana, con Doris Lee como principal exponente. El propio Sáez Castán dice que "la luz de los cuentos de Andersen refleja los aspectos tristes de la vida, pero sobre todo es una luz dulce y esperanzada."


En La pequeña cerillera y otros cuentos (Anaya, 2004), podemos relacionar sus ilustraciones con la pintura de Magritte, incluso la caligrafía usada en la ilustración de "La campana" o "En el día postrero" nos recuerda a ese autor. "Las texturas contribuyen a dar a las ilustraciones una apariencia desvaída, un aire evocador de cosas de otro tiempo", reconoce Sáez Castán.

Muy pronto verán la luz -si no lo han hecho ya- dos nuevas obras de Sáez Castán: La merienda del señor Verde, en Ediciones Ekaré, y Dos bobas mariposas, en Serres.




sábado, 16 de junio de 2007

El binomio imprescindible.

Cuentan que Diego Fermín (Zaragoza, 1975) vendió su primera historieta a un compañero de clase cuando tenía diez años. Más tarde creó el fanzine Piorrea, donde publicó sus primeras tiras cómicas.

Con veintidós años funda la editorial independiente Tabasco Carrasco, donde edita su primera recopilación de historietas: Hoy comemos con Isabel.

Diego Fermín es diplomado en comunicación visual. A partir de 2004 se dedica a la ilustración, preparando junto a Andrea Alonso un proyecto quijotesco titulado Pancho y la ínsula Barataria.

En su breve biografía se dice que tras una década de meditación ha encontrado su camino. Le gustan los juguetes extraños, los caniches y las narices postizas.

Este año, con motivo del Día del Libro, y con la intención de ser regalado en los puestos que los libreros sacaron a la calle, el Gobierno de Aragón editó La Sequía. Abecedario ilustrado, un proyecto de Diego Fermín, que buscó a Carlos Grassa Toro para conseguir la otra parte del binomio imprescindible para crear esta obra.

Se trata de una sucesión de cuentos. Pero un cuento por cada letra del abecedario parecían demasiados cuentos, de modo que Grassa Toro propuso el juego que ya en los años 50 planteó el maestro y pedagogo Gianni Rodari, consistente en emparejar la primera letra del abecedario con la última, la segunda con la penúltima, la c con la x.... El llamado "binomio fantástico".

Grassa Toro dice que en La sequía hay narraciones que nos recuerdan esos cuentos que se han escuchado toda la vida en Aragón, como el de Isidro, que en lugar de botijos veía lámparas maravillosas y por ello debía aguantar las burlas de todo el pueblo. Y aparece también la muerte físicamente, y es de nuevo una niña quien le vence.

¿Cómo? "De la única manera que se puede vencer a la muerte: cada día, siguiendo con nuestra vida".


viernes, 15 de junio de 2007

¿De qué sirve un libro si no tiene dibujos?

A veces pienso que a los niños les damos tanta información (muchas veces innecesaria), que cercenamos algo fundamental para su desarrollo: la curiosidad. Por un lado, hemos hecho que maduren prematuramente, y por otro los hemos dejado indefensos ante las vicisitudes de la vida. Una forma de devolver la curiosidad a los niños es poner en sus manos un buen libro de cuentos preciosamente ilustrado.

"¿De qué sirve un libro si no tiene dibujos?", se pregunta Alicia en el primer capítulo de sus aventuras.

Victoria Fernández, directora de la revista Clij (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil), opina que durante el primer tercio del siglo XX se produce el nacimiento sociológico de la infancia. Los niños comenzaron a existir como tales, a tener su propio espacio en la sociedad, y la básica atención escolar se fue ampliando con propuestas de tipo cultural. Y así los niños empezaron a tener sus libros, sus tebeos, su teatro... De esta manera nació la literatura infantil española, que por definición tenía que ser ilustrada.

Hace casi dos años hablé de Chema Gutiérrez Lera en otro blog a propósito del peligro de extinción que sufría la fantasía. Conviene visitar de vez en cuando sus lugares de encuentro para no perder la visión que este artista tiene de los mundos fantásticos.

Chema nació en Huesca, y es periodista. Dice que utiliza la ilustración como otro medio para comunicar. Su formación artística es autodidacta, con excepción de lo aprendido durante la licenciatura en Comunicación y lo que le enseñaron sus tíos y su padre, pintores y profesores de plástica.

Mi gata Boleya me ha pedido que haga campaña para acabar con la frase "La curiosidad mató al gato". Ninguno de los seis gatos que viven en mi familia creen que la curiosidad sea responsable de ninguna muerte. Cuando hay muertes, dicen ellos, lamentablemente hay algún humano inhumano en la sombra. Mis gatos Boleya, Morpheo, Puma, Bruxa, Zipi y Tonsu saben que la curiosidad nos ayuda a vivir. A los gatos y a los humanos. En realidad, el proverbio termina así: "La curiosidad mata al gato, pero la satisfacción lo devuelve a la vida".
Recientemente ha realizado las ilustraciones de cubierta y los mapas interiores de "¿Algún héroe en la sala?", de Pierre-Luc Lafrance. También ha publicado la cubierta del libro "San Juan de la Peña: visiones", que reúne relatos de varios autores sobre este misterioso lugar que albergó el Santo Grial. Uno de esos relatos, "Transirico, abad", es del propio Gutiérrez Lera.

Su trabajo se compagina con la edición en internet de las revistas E.L.F.O.S. y El Cronista de la red.