jueves, 19 de julio de 2007

Un vicioso coleccionista.

El pasado miércoles día 18 se inauguró en el Monasterio cisterciense de Veruela la sexta edición de la exposición Enseñarte. Este año se centra en el coleccionismo privado, y más concretamente en el apasionante vicio de coleccionar.
El comisario de la exposición, Fernando Castro, opina que coleccionar se convierte en un vicio y que la colección comienza como un tesoro: "Un tesoro que debe mostrarse."

Supongo que a lo largo de toda España, durante todos los meses del año, y no sólo en verano, se desarrollan actividades de este tipo dentro de marcos que en sí mismos ya son una obra de arte como es el Monasterio de Veruela.

Lo que me ha llamado la atención es no tanto la identidad de este vicioso coleccionista, Manolo Escobar, sino las declaraciones que hizo en la rueda de prensa.

Nunca me planteé ser coleccionista. Me gustaba mucho la pintura y sobre todo el dibujo. Cuando tuve un poco de dinero compré mi primera obra y a partir de aquí comenzó el vicio de coleccionar. Y acabé convirtiéndome en un coleccionista peligroso que cada vez que iba a la galería siempre me llevaba más cuadros de los que realmente quería. Ahora la fiebre de comprar ha menguado e incluso me quiero deshacer de muchos cuadros que ya no me gustan.

La colección completa de Manolo Escobar cuenta entre 1500 y 2000 piezas, cien de ellas son las que se exponen en el Monasterio de Veruela hasta el 2 de septiembre (los martes cierran).

Manolo Escobar afirma sentir más cariño hacia las pinturas que más trabajo le costó conseguir, aunque no sean mejores que otras, y defiende el papel del galerista: "Normalmente, aunque conozca personalmente al artista, prefiero comprar en las galerías de arte."

No estamos acostumbrados a escuchar a un artista hablar de un arte diferente al suyo propio, y hacerlo con humildad. Pero es todavía mucho más reconfortante ver que habla con cariño de las obras que ha ido adquiriendo a lo largo de los años, y que de las que se quiere deshacer es porque ya no le gustan.

Una lección que nos enseña que no es lo mismo invertir en obras de arte que coleccionar arte... y amarlo.

Imágenes:
El Monasterio de Veruela a los pies del Moncayo.
Manolo Escobar.
Dos de las piezas de la exposición:"Sin título", de Miquel Barceló, y "Familia de caminantes", obra de Víctor Mira.

miércoles, 18 de julio de 2007

Los diablillos y las noches de verano.

En pleno verano, cuando el calor no nos deja dormir y nos tumbamos a contemplar las estrellas añorando aquellos chester que tanto bien nos hacían en momentos como estos, podemos pensar en todos los seres fantásticos que ha ido alimentando la memoria de nuestros pueblos.

Ayer fue un día duro y largo. Sin embargo, estuve especialmente activa y llegué a todo. No dejar nada para el día siguiente (ni siquiera la plancha) hace que el espíritu se reconcilie con el cuerpo.

- Te habrán ayudado los diablillos.

Ellos habrán sido.

En muchos pueblos todavía se utiliza esta expresión cuando alguien hace mucho trabajo en poco tiempo.

José Antonio Adell Castán y Celedonio García Rodríguez, en su trabajo "Seres mágicos de Aragón" publicado en el número 5 de la revista "Criaturas Saturnianas" (2º semestre de 2006), nos cuentan algunas cosas interesantes de los diablillos.

Nadie los ha llegado a ver, pero hay quien dice que se asemejan a las moscas, pero sin forma.

Los diablillos suelen ser traviesos, pero también pueden resultar peligrosos. Normalmente nunca va uno solo, acostumbran a vivir tranquilamente en ampollas de vidrio, en la empuñadura de una espada o en canutos, y cuando salen necesitan estar en permanente actividad. Podían levantar un muro en una mañana o segar un campo de cereal en una tarde.

En las comarcas orientales de Aragón reciben el nombre de diapllerons. Allí preguntan ansiosos a su amo:

- Amo, ¿qué fem?, ¿qué fem, amo?

Si no se les asigna una tarea pueden volverse violentos contra el propio amo.

En Torrelaribera, un pequeño pueblo de La Ribagorza de Huesca de sólo 31 habitantes, se cuenta que el llamado Rocal de la Ribera surgió cuando el amo de unos diablillos les mandó tirar piedras a un campo.

Quien tuviera unos diablillos debía pasarlos a otro antes de morir, porque en caso contrario podía resultar peligroso para el muerto. Y para que los diablillos no hicieran daño al muerto, se colocaba un trozo de tronco de roble en el ataúd.

Los diablillos o diapllerons tienen otros nombres: en Baleares los llaman dimonis boiets; en Cataluña, menairons; en Navarra, minairons; en Asturias, maridilos y en Cantabria, pautos o mengues.

miércoles, 4 de julio de 2007

Nos vigilan: Nada nuevo.

Según parece, la vigilancia fotográfica moderna comenzó en septiembre de 1913. Anteriormente se había utilizado este sistema en cárceles de Escocia, pero con el conocimiento de los presos.

En Gran Bretaña, las sufragistas habían provocado una revolución social cuyo objetivo era el derecho al voto para las mujeres. Este movimiento fue considerado por el gobierno británico como una organización "terrorista" que podía poner en grave peligro la estabilidad del imperio, por lo que eran encarceladas. La desobediencia civil continuó dentro de las cárceles al negarse las mujeres a ser fotografiadas.

En estas imágenes vemos a Evelyn Manesta que, al negarse a ser fotografiada, un policía la agarra por el cuello y la obliga a posar. La fotografía aparecerá retocada en los archivos.

Scotland Yard adquirió en 1912 la primera cámara con teleobjetivo, es decir, por primera vez podía realizar fotos a distancia.

Se fotografiaron también a las mujeres que se manifestaban a favor de sus derechos en acciones como encadenarse a las rejas del parlamento, rotura de cristales o provocación de pequeños incendios.

Si era considerada una amenaza, una mujer podía ser fotografiada, perseguida y vigilada, sin importar ni su status ni su procedencia social. Las fotos servían para identificarlas en las manifestaciones.

Parece que nada es nuevo.

martes, 3 de julio de 2007

Bata de seda y un vaso de whisky en la mano.






"Gente en su sitio". ¿Sólo un chiste o mucho más que eso? Este dibujo genial, en la forma y en el fondo, es de Joaquín Salvador Lavado, Quino, conocido en todo el mundo por ser el autor de la inmortal Mafalda.

Cuando Quino tenía unos diez años, un tío lejano le preguntó a qué se iba a dedicar de mayor. Quino le contestó: "Dibujante de historietas".

Ante la respuesta, que debió parecerle ridícula al tío, éste le respondió: "Sí, y te vamos a ver con una bata de seda y un vaso de whisky en la mano". Quino confiesa que "ese día lo odié tanto que nunca olvidé ni le perdoné que se burlara de mí."

A Quino se le ha preguntado si habría alcanzado la repercusión que tiene de no haber existido Mafalda. Él contestó:
"No. Creo que no. La gente necesita identificarse con un personaje con nombre y
apellido. Es curioso lo que sucede con Mafalda, la gente la toma como si fuese
una persona con vida propia. Me acusan... ¿Por qué mataste a Mafalda?. Como si
un dibujo pudiera ser matado. Uno deja de dibujarlo pero no lo mata."

Quino es muchísimo más que Mafalda. Y mira que Mafalda no es poco. De hecho, sigue tan viva como el primer día.

lunes, 2 de julio de 2007

Regocijo personal.

"Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días."
Julio Cortázar "Historias de Cronopios y de Famas".

Acudió Julio Cortázar, poco después de su llegada a París, a un concierto que le interesaba, adquiriendo una localidad en la parte más alta del teatro porque era lo más barato.


Durante un entreacto, toda la gente salió fuera a fumar y conversar. Él se quedó sentado en su butaca y, de repente vio en el aire de la sala del teatro flotar unos objetos cuyo color era verde, como si fueran globitos, globos verdes que se desplazaban a su alrededor.


"Pero, insisto -cuenta el propio Cortázar-, eso no era una cosa tangible, no era que yo los estuviera viendo tal cual. Aunque de alguna manera sí los estaba viendo. Y junto con la aparición de esos objetos verdes, que parecían inflados como globitos o como sapos o algo así, vino la noción de que esos eran los cronopios. La palabra vino simultáneamente con la visión."


En una carta que escribe al poeta cubano Roberto Fernández Retamar, Cortázar dice "me considero sobre todo como un cronopio que escribe cuentos y novelas sin otro fin que el perseguido ardorosamente por todos los cronopios, es decir su regocijo personal."


Aquí os dejo un brevísimo cuento de cronopios: Historia. Lo podéis escuchar en la voz de su autor.

domingo, 1 de julio de 2007

Las cosas no siempre fueron como son. 2

Emmeline Pankhurst (1858-1928) creó a pricipios del siglo XX la Women’s Social and Political Union.

Mientras los legisladores discutían reformas que permitieran el voto femenino, la WSPU, organizaba manifestaciones, recurriendo incluso a métodos violentos como incendios de comercios o sabotajes, ante el fracaso de posturas más moderadas, encabezadas por Millicent Garret Fawcett, que consideraba que mediante campañas de persuasión, siempre dentro del orden de la legalidad, se lograrían los objetivos anhelados. Tras el fracaso de las posturas más moderadas, Pankhurs dejó escrito:



“Nos tiene sin cuidado vuestras leyes, caballeros, nosotras situamos la libertad y la dignidad de la mujer por encima de toda esas consideraciones, y vamos a continuar esa guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables de la propiedad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como resultado. De todo ello será culpable el Gobierno que, a pesar de admitir que nuestras peticiones son justas, se niega a satisfacerlas”.Emmeline Pankhurst. Mi propia historia (1914). La cita es de A. Martín Gamero en la Antología del feminismo. Madrid, 1975.



Quién lo diría por la foto, ¿verdad? Incluso la propia Millicent Garret Fawcet llegó a decir:



"Hemos sido decepcionadas en esta ambición pero todavía podemos dar a nuestras almas el consuelo de que la violencia registrada no ha sido formidable y de que las más fieras de las sufragistas están más preparadas para sufrir daño que para infligirlo."



En 1918, una nueva ley electoral otorgó a las británicas de más de 30 años el derecho de voto. Diez años después, una nueva ley, la Equal Franchise Act, hizo que todas las mujeres mayores de edad lograran ese derecho.